Mientras avanzo por mi camino, las tinieblas tratan de devorar mis esperanzas, el destino me derriba provocando que pruebe una y otra vez el amargo sabor de esta tierra.
No es fácil pero así tiene que ser y mientras me levanto logro deslumbrar pequeños resplandores, que se cuelan entre lo espeso de un oscuro aire he aquí están junto a mi aunque no lo estén.
No hace falta nada más, sólo levantar la mirada y seguir, ya que aquellas luces se alejan pero no se extinguen, siempre dispuestas a encandilarme como un relámpago rebosante de todo aquello que aún no es nombrado, incondicional, sublime y por sobre todo real.
La circulación de mi historia fluye por la gracia de los resplandores
................Mi sangre
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