Palabras tan frágiles como un segundo, efímeras en el tiempo de la vida, las palpo y se transforman en cenizas, sin alcanzar a graduarse en el existir.
Palabras se repiten tan vulgarmente, siendo cómplices de la manipulación,
menospreciando lo que algunas ves significaron, algunas veces las guía el rencor, otras la resignación.
Destruyendo y devorando esperanzas
Justificándose bajo la excusa.
“ya nada es como antes”
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